Los mares del Sur

Poco podía saber Bastidas, el capitán de la Santa María de Gracia, que el joven que vomitaba por la borda en su primer viaje por el mar iba a desempeñar un papel trascendental en la conquista del Nuevo Mundo, recién descubierto y que hasta el día de hoy es así reconocido por la historia.

Después de dos años en la Española al servicio del Gobernador, el joven Vasco Núñez de Balboa se embarcó en la primera expedición a tierra firme. La expedición de Nicuesa demostró ser un desastre y o fue hasta que Balboa tomó el mando de los supervivientes, que los españoles consiguieron asentarse en Darién. Desgraciadamente, la envidia hizo que las malas lenguas hicieran llegar al rey una serie de calumnias acusando a Balboa de toda clase de delitos. La Corona mandó a Pedrarias como Gobernador, pero este demostró estar interesado sólo en hacerse con el oro de Darién.

Entretanto, Balboa descubrió el océano Pacífico lo que provocó la envidia de Pedrarias, pues el rey le nombró Aelantado de todas las tierras que se descubireran en los Mares del Sur.

La envidia de Pedrarias le hizo tender una celada a Balboa acusándole de traición al rey y ordenó que le decapitasen sin darle oportunidad de defenderse.

Curiosamente, el sargento al mando de la tropa que custodiaba al reo mientras lo ajusticiaban se llamaba Francisco Pizarro.

Cuenta la leyenda que cuando Pedrarias mandó levantar el usual aviso que se ponía cuando se ejecutaba a un criminal: ESTE HOMBRE HA SIDO EJECUTADO POR TRAIDOR AL REY, ETC., ETC., una yegua que pasaba por las cercanías se acercó, arrancó el papel con los dientes, lo pisoteó y se volvió a pastar.

La conquista de La Florida

Un puñado de españoles al mando de Hernando de Soto, uno de los artífices de la conquista del Perú, se lanza tras los pasos de la malograda expedición Pánfilo de Narváez en busca del oro que, sin duda, hay en la Florida.

Para los primeros meses de 1538, ya lejos de las negociaciones en los salones cortesanos, se apilaban en los muelles montañas de azadas, azadones, barretas, espuertas, serones y sogas…, todo lo necesario para establecer las fundaciones que proyectaba Soto. Todo ello sin contar con ingentes pilas de armas y armaduras.

La villa de Sanlúcar vivió, na vez más, el ajetreo de la salida de una expedición. La mañana del seis de abril, la flota de seis navíos y tres bergantines salvaba la barrera del río despidiéndosse de la tierra co nel sonido de las trompetas y la descarga de las salvas de artillería.

La San Cristóbal, una nao de ochocientas toneladas, abría la marcha como cpitana. En ella se había acomodado la familia del Gobernador de Cuba, Adelantado de las tierras de Florida y Marqués de un territorio todavía por conquistar, don Hernando de Soto.

Después de una obligada escala en las Islas Canarias, la flota siguió camino hacia Cuba. En la larga singladura, Soto trató de aprender todo lo posible sobre los indios de Florida y sus costumbres. El capitán de la nave, Pedro Pérez, había efectuado varios viajes en aquella zona y trató de satisfacer su curiosidad en las largas sobremesas en la popa del navío.

El séptimo Tocapu

Rumiñahui escuchaba atentamente aunque se sabía la historia de memoria. El conocimiento del pasado resultaba imprescindible para comprender los acontecimientos del presente, y, sobre todo, para buscar una respuesta al futuro.
-Sigue – oyó que decía Atahualpa-, ¿qué pasó después?
-El dios se presentó al príncipe en sus sueños. Tenía luengas barbas negras que ocultaban su tez pálida. Llevaba un vestido largo que le cubría hasta los pies. Le dio una serie de consejos, siguiendo los cuales, los quechuas derrotaron a los chancas. Después de la lucha, el Inca reparó la gran injusticia de sus antepasados. El Sol no podía ser la deidad suprema porque estaba claro que cumplía una misión diaria y forzosa. Resultaba evidente que alguien lo había creado y lo hacía trabajar todos los días. Tenía la obligación de salir y esconderse después de calentar e iluminar la tierra. El Sol era, por lo tanto, un sobordinado del Sumo Hacedor.
-¿Y qué hizo el nuevo Inca -Rumiñahui oyó que le preguntaba Atahualpa, aunque todos sabían la respuesta.

Tercer viaje de Cook

En su último viaje, Cook comandó una vez más el HMS Resolution, mientras que el capitán Charles Clerke comandaba el HMS Discovery. Ostensiblemente, el viaje fue planeado para llevar de regreso a Omai hacia Tahití; esto era lo que el público general creía, ya que se había convertido en una «curiosidad» en Londres. Después de dejar a Omai, Cook viajó hacia el norte y en 1778 se convirtió en el primer europeo en visitar las islas Hawái, a las que llamó islas Sandwich, por el cuarto Conde de Sandwich, John Montagu, en ese momento a cargo de la Royal Navy.

Cuando los exploradores volvieron a la bahía Kealakekua el 17 de enero, 10.000 hawaianos salieron a recibirlos. Los isleños estaban celebrando la fiesta de makahiki en honor de Lono, el dios de su tierra. Por lo visto, creyeron que Cook era dicho dios, por lo que tanto él como sus hombres fueron nuevamente objeto de extraordinaria bondad y hospitalidad. Tres semanas mas tarde, el 4 de febrero, levaron anclas y se hicieron a la vela. Mas al cuarto día les sobrevino un gran huracán, que destrozó uno de los mástiles del Resolution y obligó a Cook a regresar a Hawái.

Viajó hacia el este, para explorar la costa oeste de América del Norte. Exploró e hizo mapas de la costa, desde California hasta el estrecho de Bering.

El estrecho de Bering no pudo ser atravesado por Cook, aunque hizo varios intentos. Cook había comenzado a tener algún trastorno estomacal desde hacía algún tiempo, y esto es tomado como explicación a su comportamiento irracional hacia la tripulación durante el viaje.

Cook volvió a Hawái en 1779.El 14 de febrero, en Kealakekua Bay, algunos hawaianos robaron un bote pequeño perteneciente a Cook. Normalmente como los ladrones eran comunes en Tahití y otras islas, se tomaban rehenes hasta que las cosas robadas reaparecieran. Pero Cook planteó tomar como rehén al rey de Hawái, Kalaniopuu. Debido a la irracionalidad de sus actos, tuvo un altercado con una gran multitud de nativos en la playa, con lo cual, durante la escaramuza, se dispararon algunos tiros hacia los hawaianos y éstos terminaron matando a Cook para devorarlo después.

Para su sorpresa, en esta ocasión la recepción en Hawái fue hostil. Algunos opinaban que quizás los indígenas habían analizado las cosas de manera más racional y habían concluido que Cook y su tripulación los estaban explotando. A juicio de otros, el retorno se contradecía con su «divinidad». Como quiera que fuera, los hombres de Cook, consternados, cometieron el desacierto de actuar con violencia. Cook determinó apoderarse del jefe Kalaniopu’u y retenerlo prisionero para recobrar la embarcación robada. En la lucha que se suscitó en la playa, Cook fue apuñalado y golpeado hasta causarle la muerte.

El segundo viaje de James Cook (1772-1775)

El segundo viaje de James Cook (1772-1775), encargado por el gobierno británico con el asesoramiento de la Royal Society, fue diseñado para circunnavegar el globo tan al sur como fuese posible para determinar finalmente si había alguna gran masa de tierra austral, o Terra Australis Incognita. En su primer viaje, Cook había demostrado circunnavegando Nueva Zelanda que no estaba unido a una masa de tierra más grande en el sur, y trazó casi toda la costa oriental de Australia; sin embargo, se creía que Terra Australis se encontraba aún más al sur. Alexander Dalrymple y otros de la Royal Society aún creían que este enorme continente austral debería existir. Después de un retraso provocado por el botánico Joseph Banks, haciendo demandas irrazonables, los barcos Resolution y Adventure fueron equipados para el viaje y zarparon para la Antártida en julio de 1772.

El 17 de enero de 1773, Resolution fue el primer barco en cruzar el Círculo Polar Antártico, haciéndolo dos veces más en el viaje. El tercer cruce, el 3 de febrero de 1774 iba a ser la penetración más al sur, llegando a la latitud 71º10’Sur en la longitud 106º54’Oeste. Cook llevó a cabo una serie de barridos grandes a través del Pacífico, para demostrar que no había Terra Australis por navegar en la mayor parte de las localizaciones predichas.

En el transcurso del viaje, visitó la Isla de Pascua, las Marquesas, Tahití, las Islas Sociedad, Niue, las Islas Tonga, las Nuevas Hébridas, Nueva Caledonia, Isla Norfolk, Isla Palmerston, Islas Sandwich del Sur y Georigias del Sur, muchas de las cuales nombró en el proceso. Cook demostró que la Terra Australis Incognita era un mito, y predijo que la tierra antártica se encontraba más allá de la barrera del hielo.

El primer viaje de James Cook

Cook fue un marino y explorador excepcional. Protagonizó uno de los hitos más espectaculares de la historia de la navegación. En su primer viaje recorrió tanto el Pacífico Sur como el Norte, mares que fue el primer hombre en explorar. En algo más de diez años, Cook llevó a cabo tres viajes de exploración alrededor del mundo. Estos viajes señalan el comienzo de los viajes modernos. Representan un sualto cualitativo en los viajes en aras de la ciencia.

El joven James fue el segundo de nueve hermanos cuyo primer trabajo fue en la tienda del pueblo. Más tarde fue colocado como aprendiz en los astilleros Walker donde aprendió el arte de la navegación y el oficio de marino. Más tarde, Cook se enroló en la Royal Navy y tomó parte en la guerra con Francia por la posesión de Canadá.

Cuando el almirantazgo decidió enviar a Tahití un barco con fines científicos, pensaron que Cook era la persona idónea. Para ello, se eligió un barco carbonero que desplazaba 366 toneladas, una embarcación pequeña pero espaciosa. La tripulación consistía en 94 hombres, entre ellos 11 civiles. Destacando el científico millonario Joseph Banks que resultó ser el alma de la expedición.

Del Mississippi al Iguazú

Albar Cabeza de Vaca era el heredero de una rica familia de Jaén. A pesar de ello, cedió la primogenitura a su hermano Jaime tentado por las fortunas que tan fácilmente se cosechaban en aquel nuevo mundo recién descubierto.

Después de una estancia en los tercios, se licenció en Italia con el rango de capitán y se embarcó rumbo a La Española. Allí conoció a Narváez que estaba organizando una expedición a La Florida. Esta expedición resultó ser un desastre en cuanto a la organización y los seiscientos hombres que la formaban fueron diezmados por indios y huracanes hasta quedar apenas media docena vivos, entre ellos Cabeza de Vaca.

Los siguientes años Albar vivió entre los indios llegando a tener una familia que cayó bajo las flechas de una tribu enemiga. Al verse solo, Cabeza de Vaca decidió emprender una larga marcha en busca de sus compatriotas en Méjico. Esta marcha, que duró ocho años, fue triunfal en gran parte ya que, por diversas circunstancias, Cabeza de Vaca y sus cuantro compañeros fueron tomados por Hijos del Sol debido a las curaciones que llevaban a cabo.

Una vez en Méjico, el gobernador les recibió como héroes y les facilitó un pasaje a España. Allí contaron al rey sus aventuras y este, impresionado, nombró a Cabeza de Vaca gobernador de Buenos Aires. Una vez allí, el nuevo gobernador llevó a cabo el descubrimiento del Iguazú y sus extensos territorios poblados por indios bravos. Pero su gobernación se vio envuelta en la traición de sus propios oficiales…

Lepanto

Perseguido Dragut por Andrea Doria a lo largo y ancho del Mediterráneo, decidió hacerse con una plaza fuerte. Eligió Mehedía. La ciudad vivía un periodo de inestabilidad. Negado el Vasallaje al rey tunecino, había sido nominalmente aliada de Turquía hasta que hacía poco habían expulsado al embajador otomano. Fue en aquel momento de frágil independencia cuando hizo su aparición la flota del Dragut.

Mediante reuniones secretas, Dragut se alió con Brambarc, uno de los hombres fuertes de la ciudad.

Brambarc era un hombre ambicioso. Alto, de rostro chupado y nariz aguileña, tenía una barba recortada en la que ya se adivinaban algunas canas.
-Os abriré las puertas de la ciudad
-prometió.
-¿Puedo confier en tí?
Brambarc sonrió mientras se acariciaba la barbilla.
-Puedes. Pongo a Alá por testigo.
Trae tu flota a Mehedía.
-Así lo haré -dijo Dragut, sellando el pacto con un beso en cada mejilla.

La contraarmada

La reina Elizabeth, rabiosa por el envío de la Armada que Felipe II había enviado a invadir su reino en el año 1588, quiso vengarse enviando al año siguiente otra armada a las costas españolas. La Historia la llamó LA CONTRAARMADA. La idea era destruir los barcos que estaban siendo reparados en los astilleros del norte: Pasajes, San Sebastián, Santander, Santoña y La Coruña.

Sin embargo, el almirante de la expedición inglesa, Francis Drake, tuvo que cambiar sus planes debido a los vientos en contra. Por otro lado, los rumores de que un barco cargado de plata había llegado a La Coruña hicieron que esta ciudad fuera más apetecible de atacar en primer lugar. Así lo hicieron con un ejército de nueve mil hombres que, después de sitiar la ciudad durante cuatro semanas, no consiguieron su propósito.

Su próxima acción bélica fue atacar Lisboa para lo cual desembarcaron a los hombres a unos 50 kilómetros de la capital. El resultado de este segundo asedio tampoco fue el esperado.

La conquista del Amazonas

La tempestad les sobrevino con la característica rapidez que lo hacía en el trópico. Unas nubes negras comenzaron a reunirse sobre las balsas a media tarde, cuando la isla de Pongal todavía se distinguía vagamente detrás de ellos. De repente, un terrorífico relámpago fue precedido de un prolongado trueno que pareció desgarrar las entrañas de la tierra. Como si se hubiera tratado de una señal, pareció que los cielos se abrían, y una cortina de agua comenzó a caer sobre las balsas. Caía a chorros más que a gotas. Era como si se hubieran abierto las compuertas de algún lago celestial y las aguas cayeran directamente sobre ellos. Grandes olas abrían enormes abismos líquidos que, sin embargo, las balsas remontaban con facilidad. A diferencia de los barcos que penetraban en la ola, las almadías subían y bajaban sin resistencia alguna, por lo que, a no ser que sus maderos se desatasen, no corrían ningún peligro de hundirse.